Oculto tras el manto de la noche... llego a tu lado...
La luna ilumina tu cuerpo... las sábanas se han deslizado... el corto camisón se ha subido... mostrándome tus diminutas braguitas blancas.
Te contemplo satisfecho unos instantes... eres Mía... Me perteneces por derecho... y puedo hacer contigo lo que desee.
Sé cuánto te avergüenza... que te use así... dormida... indefensa... pero no resisto la tentación.
Me tumbo a tu lado... detrás de tí.
Despiertas... ligeramente sobresaltada... sí ya sé que no me esperabas... a estas horas.
Mi mano en tu cadera... impide que te gires... que me mires...
- ¿Quién eres?
- Soy... Tu Dueño... sin rostro
- Mi... Dueño?... ¡oh... yo... no te esperaba hoy!... en realidad... ni hoy ni ningún día... no existes... eres producto de mi imaginación... de mis anhelos... de mis deseos...
- SHHH... CALLA... eso no importa... lo que importa es que estoy aquí... y Eres Mía.
Sus manos acarician mi cuerpo... apresan mis pechos... los aprieta... pellizcan y retuercen mis pezones.
El dolor es real.
Su mano sigue bajando... buscando mi sexo...
Instintivamente... me encojo sobre mí misma... intento separarme.
- ¿Qué haces?... ¿me huyes?... ¿te me niegas?
- Perdón, mi Señor... no es mi intención... negarme a tus deseos, pero... esta sumisa no te merece... hace mucho que... mi líbido duerme... y no será capaz... de darte el placer que mereces.
- Soy Tu Dueño... sin rostro... aún... pero tarde o temprano... tendrás que ponermelo... y cuando llegue el momento... tendrás que estar preparada... para complacerme... para...
- Perdóname, mi Señor... por interrumpirte pero... la apatía me embarga... y no se cómo... yo...
- Shhh... calla... sabes que lo sé... y lo entiendo.
Cada día... vendrás a Mí... una... dos veces... las que hagan falta... hasta que estés preparada.
Cada día... tendrás tareas que realizar.
Unas te gustarán... otras... no tanto... como debe ser.
Y cuando llegue el momento... dejaré de ser... Tu Dueño... sin rostro...
- Pe... pero... yo... es que... yo...
- ¿Rebelde a estas alturas???
- No, no... es solo que...
- Primera lección de recordatorio... ¡tú no dices no!
- No, Mi Señor ... digo sí, Mi Señor...
- Tranquila... iremos despacio... ahora... duerme...
Cuando despiertes... me habré marchado... dejándote instrucciones en la mesilla de noche.
Volveré... mañana por la noche.
- Cómo tu digas... mi Dueño... sin rostro.
(Definitivamente... debo de estar... como un cencerro ;) :D) :p)