El pasado siempre...¿vuelve? (II)

Y al llegar a casa... antes de empezar a comerme el tarro... me evado escribiendo la entrada anterior... jugando por internet... y charlando con un amigo por el msn.



Pero la hora de acostarse llega... y ya no puedo posponerlo más.



Cuando se vive una historia de amor intensa... esa permanece vívidamente en nuestros recuerdos.



Miles de sensaciones y sentimientos afloran.



Pero también aflora la realidad.



Y la realidad es que...



... el tiempo no pasa en balde...



... he cambiado... no sé si... para bien... o para mal... pero no soy la misma persona... a la que dejó hace seis años...



... seguramente... él tampoco lo es... pero no quiero saber... cómo es ahora...



... soy sumisa... me hace feliz ser... y sentirme sumisa...



Y sin embargo... ante los recuerdos... mi cuerpo se excita... mis manos me desnudan... acarician mi cuerpo.



Me sumerjo en imágenes del pasado... retorciéndome de placer... pero no me llenan... y empiezan a provocarme... ansiedad.



Impaciente... abro el cajón de la mesilla de noche... y rebusco febrilmente... hasta dar con dos pinzas de la ropa.



Hoy no las odio.



No soy capaz de ponermelas en los pezones... pero las coloco muy cerca.



Durante uno o dos minutos... permanezco abierta de piernas... con el vibrador rozándome el clítoris... y las manos... por encima de mi cabeza... debajo de la almohada.



Es obvio que... en mi mente... las imágenes han cambiado... y quien provoca mi excitación... también.



Un gemido... mezclado con un quejido por el dolor... se me escapa.



Su voz me llega desde lejos... a la misma vez que el orgasmo... "eres mía... mía... mía...".



Me encojo sobre mi misma... en posición fetal... mientras sigo temblando.



"NO... no lo soy... no lo soy... ya no lo soy"... me repito como una letanía...



Quizás si... me lo digo muchas veces... termine por creermelo...



Esa noche... sueño con pasadizos oscuros... puertas que se abren y se cierran... cadenas y redes... que se enredan en mi cuerpo... que me atan... me atrapan... me sujetan... y de repente desaparecen.



Él está sentado en una especie de trono... ¿me empujan a sus pies... o soy yo la que cae... suplicante?...



Cuando se pone de pie... tiemblo... pero Él me da la espalda y se marcha.



Quiero correr tras Él... pero no puedo moverme...



Intento llamarle... gritar... pero la voz no me sale...



Despierto agitada... y empapada en sudor.



Afortunadamente... el sábado llega pronto... y en unas horas... estaré en Valencia... junto a mi querida Leo... que me dará cobijo... hasta el domingo.



Vamos a la cena que organiza... Valencia BDSM... y no tengo la menor duda... de que por lo menos... las risas... estarán garantizadas :D.