Todos sabemos que... que hay ladrones... violadores... estafadores... maltratadores... y un largo etcétera... de personas viles... con independencia de su sexo.
El saberlo... no nos prepara para... encontrarnos con ellos... y solemos pensar que... esas cosas... les pasa a los demás... hasta que nos pasa.
Mal que nos pese... no es lo mismo... que le roben... (por poner un ejemplo)... a un desconocido... a un vecino... que si se trata de un familiar y/o amigo... o de nosotros mismos.
En estos días... he estado pensando mucho... en un hecho de mi adolescencia... cuando entraron a robar... en casa de mis padres.
Por un cambio de idea de mi padre... el/los ladrón/es... no me pillaron en casa.
Recuerdo... la sensación de asco... las náuseas... al ver como había/n violentado nuestra casa... y los cajones de mi ropa interior... (junto con otras cosas).
Las consecuencias... el cómo nos sentíamos cada uno... no estaba generada por... quién o quiénes... habían sido... puesto que nunca llegamos a saberlo... sino por el acto en sí.
Los ladrones... no sólo existían... sino que además... nos habían "tocado"... enfrentándonos a la realidad... de su existencia.
No soy persona de... cerrar puertas con facilidad... a la amistad... ni siquiera... a los meramente... conocidos.
Para mí... todos tienen su espacio... más o menos cercano... o más o menos lejano.
Sin embargo... hace un par de meses... me ví obligada... a poner cierta distancia... con una persona... a pesar de saber que... al hacerlo... me ponía en el centro de su huracán... (es lo malo que tiene el... conocerse).
Hace un par de semanas o tres... hastiada de... ataques... mentiras... manipulaciones... y todo lo que se os pueda ocurrir... cerré esa puerta... de forma clara... contundente... tanto en privado como públicamente... sin que hubiera margen de error... para que nadie... ni en el presente... ni en un futuro... pudiera volver a relacionarnos.
Hasta aquí... aunque de forma rebuscada... podía encontrar... una razón... una justificación... una disculpa... aunque fuera ilógica... absurda...
Pero... hace unos días... después de 12 horas de no responder a llamadas... todo se disuelve.
Lo que tengo ante mí... no tiene razón alguna... no es justificable... no es disculpable... ni desde la lógica... ni desde la ilógica.
La persona desaparece... no existe... no la veo...
Lo único que soy capaz de ver... es la maldad sin límites... la intencionalidad de hacer daño por el daño en sí... con una premeditación y alevosía... que me golpea de tal forma... que me rindo ante la evidencia y las pruebas... de que la maldad existe... sin justificación alguna.
No... no es la persona la que me noquea... ya que no tiene los ovarios suficientes... como para ponerse frente a mí... en mi último viaje.
Nuevamente... tal y como me sucediera cuando entraron los ladrones... cuando mi espacio íntimo es violentado... siento náuseas ante el acto en sí... junto con otros síntomas propios... de cualquier persona... que ha sido agredida... en algún aspecto de su vida.
Y nuevamente... como aquella vez... necesito mi tiempo para asimilar que... la maldad sin límites... existe.
Voy a volver... ¡vaya que sí!!!!.... mi ausencia indefinida se refiere a... que no puedo determinar si será... en dos días... o en dos semanas.
A todos los que... habéis estado... estáis... y estaréis... ¡GRACIAS!!!